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Haití: el pecado de ser un reino negro y libre

Articulos Criterios V de Vendetta

“El desgarrado gemir de los pueblos llevados al exilio para construir mausoleos, torres e interminables murallas”.

El reino de este mundo, Alejo Carpentier

Muchas dudas me asaltan luego de un recorrido por la historia haitiana, ¿qué pasó con Haití? ¿cómo es que otras naciones conquistadas e inclusive esclavizadas están en el discurso geopolítico?, ¿aún existe el código negro?, ¿y los franceses que están haciendo?, ¿una deuda eterna e impagable por querer/ser negros libres?, y finalmente, ¿por qué pocos están hablando hoy de Haití?

Diana Uribe, una reconocida y maravillosa historiadora colombiana, inicia su podcast sobre la independencia de Haití, diciendo que todos los latinoamericanos le debemos a esta nación el inicio de las independencias, pues por sus puertos llegaron los franceses y los mulatos con las “las ideas de la ilustración”, luego con noticias de la revolución que se levantaba ferozmente en Francia, e inclusive, con la declaración de los derechos del hombre y ciudadano; lo cual permitió finalmente, la consolidación del primer pueblo rebelde en Latinoamérica, que exigió por las armas su libertad, y con ello, la abolición de la empresa que había convertido a Francia en un imperio inimaginablemente rico: “la esclavitud negra”.

Lo cierto es que, la historia de Haití es sumamente interesante, merecedora de novelas y de reconocimientos por su tremenda rebeldía, y por encarar las incongruencias y la falacias de los mismísimos “revolucionarios franceses”, de los mismísimos “abolicionistas”, también por derrotar en batalla al poderoso ejército napoleónico, y principalmente, por haber sido la tierra donde hasta el libertador  Simón Bolívar, encontró refugio en su huida, se instruyó en estrategias militares y  recibió una importante dotación de hombres y armas para regresar a la América hispana y liberarla de los españoles.

Estas hazañas haitianas no son poca cosa, sobre todo si se le agrega que son un pueblo africano desterrado de sus raíces y tradiciones, las cuales, a la fecha, siguen siendo incomprendidas por el mundo occidental.

La cierto es que Haití, es hoy una república libre en sus derechos políticos y reconocida como nación, pero condenada y esclavizada económica y socialmente, por lo cual, se ha ganado el título de ser el país que lleva mayor tiempo siendo el más pobre de América latina y del caribe, situación que no logra cambiar, pues las deudas, las constantes tragedias ambientales y naturales, y la ingobernabilidad que la acecha, eliminan cualquier esperanza por un mejor porvenir para este reino negro lejos de África, relegado y abandonado en el plano geopolítico americano.

Comprender la situación de Haití, es remontarnos al 01 de enero de 1804, cuando “estos hijos de Guinea”, pensaron que por haber sido el segundo país de América y el primero de América latina en independizarse, lograrían crear una alianza con la América de Bolívar que pronto se independizaría y aboliría la esclavitud, y con ello, consolidarían un desarrollo económico y político autónomo que imposibilitaría cualquier intento de reconquista o represarías europeas.

Sin embargo, el resultado no fue el que se pensaba, aun cuando apoyaron la emprensa rebelde de Simón Bolívar, estás independencias tardaron un par de años en lograrse, y la abolición de la esclavitud casi 40 años más; lo cual le permitió a Francia (con apoyo y presión de otros Estados, como Gran Bretaña que también tenía plantaciones y colonias negras), ejecutar una serie de represalias contra Haití y con ello, advertir al mundo sobre las consecuencias de la rebelión negra.

Francia le impuso a Haití una cuantiosa sanción, lo hizo bloqueándolos por mar y con ello, obligándolos a pagarla en una sola cuota, para lo cual, Haití adquirió una deuda con un banco privado francés, la cual duró muchos años pagando, pues los intereses incrementaron infinitamente la suma del crédito, esto se conoció como la “doble deuda”; seguidamente, Haití continuó tomando préstamos de bancos estadounidenses y franceses para cumplir con sus pagos, lo demás es historia… hoy sabemos que Haití no logró independizarse.

Esta nación africana en América, a nivel de recursos naturales también padece las consecuencia de cientos de años de deforestación y explotación desmesurada de plantaciones de caña de azúcar y otros cultivos que agotaron las propiedades productivas de la tierra; la violencia interna y la hambruna, definen hoy a esta isla saqueada por Europa y Estados Unidos, discriminada por ser el país suramericano de afrodescendientes pobres (que de hecho hablan francés), y que intentan migrar en masa, pero su negritud no les permite escabullirse entre los controles migratorios y fronteras en el mundo; los haitianos, nuestros aliados independentistas, hoy son rechazados y discriminados en la misma América Latina a la que alguna vez les ayudaron a ser patria.  

Y si preguntan por Francia, (el Estado que hoy se auto reconoce como contemporáneo y humanista, que fue la cuna de la revolución liberal, de las ideas ilustradas y de los padres de la razón), debe decirse que, aun cuando diferentes movimientos sociales y activistas le han exigido que apoye a Haití como pago de su deuda histórica con ellos, estos se niegan.

Una más para la colección de las grandes incoherencias de la vida, de las cuales está plagada la historia.