Las fotos son recuerdos que nos quedan…
La fotografía es un recuerdo, una constancia del paso de alguien en nuestra vida. En México no se estilaba poner la fotografía de la persona que falleció, hasta hace pocos años copiamos de Estados Unidos de América esta costumbre y fue la mercadotecnia de las Funerarias la que nos llevo a establecerlo como una costumbre de ponerla sobre el ataúd o en un tripie.
La fotografía post-mortem (conocida comúnmente retrato conmemorativo o retrato de luto es la práctica de fotografiar al recientemente fallecido. Varias culturas usan y han usado esta práctica, aunque el área mejor estudiada de la fotografía post-mortem es la de Europa y América. De ahí se desprende el uso o costumbre de poner una fotografía de la persona que falleció. Ya que era muy doloroso tener el recuerdo de una fotografía de alguien muerto se cambio eso por poner la fotografía en vida del ser querido que trascendió.
La foto del funeral se vuelve algo ya común y después del funeral qué se va hacer con esa foto, todos buscamos la mejor foto o la que más nos gustaba de nuestro ser querido antes que falleciera. Pero una vez que termina el funeral qué hacemos con esa foto, la llevamos a casa y la ponemos en la sala, en la entrada y ahí viene un cumulo de sentimientos encontrados ya que realmente cuando se nos es devuelta por la funeraria no queremos llevarla, esa foto quedo impregnada de un recuerdo de dolor, la pérdida de nuestro ser querido. Yo recomiendo no uses la foto que más te gusta de tu ser querido ya que esa foto que te llena de buenos recuerdos de él se va a volver un cúmulo de recuerdos tristes.
Donde quiera que la coloquemos siempre que la veamos no traerá el recuerdo de esa persona de manera feliz, nos recordará que ya no está, lo que vivimos en el velorio en la funeraria, simplemente se va a volver un recuerdo doloroso que cada que la veamos volveremos a sentir.
Esa foto está cargada de toda la energía de tristeza de un funeral, esa foto no te va a recordar la vida de esa persona, por el contrario te va a recordar los momentos tristes y la muerte de tú ser querido. Mucha gente se siente culpable de no querer tener la foto en casa, ya que está cargada de muchos recuerdos y todos tristes.
Es recomendable, si se quiere tener una foto en el funeral no escojas la foto favorita que más te gusta de tu ser querido, ya que esta llena de momentos felices y al llevarla al funeral cambiará totalmente la energía, de alegría a una gran tristeza. La imagen de nuestros seres queridos debe estar ligada a momentos felices y no a la tristeza de saber su ausencia.
No pongas la foto en tu sala o lugar principal de la casa, no vuelvas un altar con esa foto, mucho menos en el lugar donde tengas las cenizas, no vuelvas a esa foto la protagonista. No es justo para todos los miembros de la familia ya que al volverlo protagónico nos olvidamos de las personas que ahí están con la que ya no está.
Si alguien de la familia te pide la foto regálala, es lo más sano que llevarla a casa y mucho menos guardarla ya que cada que se mueva o realice limpieza saldrá y estará llena de esa tristeza que invade tu recuerdo. Genera culpa el guardarla y mucho menos destruirla. Crea un conflicto el hecho de tenerla y no saber que hacer con ella.
Recuerda que es eso una foto, no es tu ser querido, ni por el hecho de no ponerla en casa se pensará que olvidaste a esa persona. No te tortures de esa manera por una costumbre meramente comercial. Ya bastante se tiene con el Duelo de la pérdida de tu ser querido para que después de vivir los momentos más dolorosos tengas que cargar con una fotografía y no saber qué hacer con ella.
No por esto digo no pongas una foto en el funeral, simple y sencillamente decide que es lo mejor que debes hacer con ella. Tratamos de mitigar el dolor de la perdida no de estar torturándonos cada que pasemos por tal o cual lugar y recordar momentos de dolor. Al igual que con las pertenencia de quien trascendió haz con la foto lo mismo, regálala, guárdala, deséchala pero no con una carga de conciencia, hazlo con el firme propósito de no estar trayendo a tu vida ese recuerdo doloroso.
Como decía Santa Teresa “No te mueras con tus muertos” Honra su memoria, recuérdalos con amor, agradece los momentos buenos a su lado, llévalos en tu corazón y aprende a caminar sin ellos en la vida pero sin olvidarlos ni dejarlos fuera de ti.
Las fotografías del alma y del corazón jamás se borran.
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Esta bien o esta mal, es como te hace sentir