El día sábado 26, fue el día oficial del orgullo de la comunidad LGBTIQ+ o las siglas que sean las correctamente usadas en este momento. Salí a una plaza comercial y vi que las personas que pertenecen a esta comunidad, ya no se limitan a los vendedores de las tiendas de ropa, en especial los hombres (que casualmente me ignoran y sólo se dirigen a mi novio, que no me quejo mientras nos den el cupón del descuento para la próxima compra). Muchas parejas caminaban tranquilamente, abrazadas o tomadas de la mano. Se preguntarán si los juzgué, y si lo hice, porque al menos uno de los antes mencionados traía mal puesto el cubrebocas.
Recuerdo en mis años de juventud durante la secundaria que entre los libros que estaban de “moda” estaban “Los Hornos de Hitler” y “El vampiro de la colonia Roma”. El primero lo leí ya que mi hermana mayor lo tenía, pero el segundo no, ya que era de temas “no aptos” para jovencitas de mi edad. “El vampiro…” nos cuenta la historia de “Adonis”, un prostituto en la colonia mencionada, colonia de la ciudad de México y sus vivencias con drogas, policías y hombres varios. Esta obra tenía 20 años de publicada cuando yo quería leerla y era un libro non santo. Ahora con más de 40 años de publicación es una historia que llegan a pedir en la escuela. Cómo cambian las cosas. ¿No?
Ahora hay muchas historias que podemos leer que son casi de dominio público gracias a sus películas. Una de las más conocidas es “Llámame por tu nombre” de André Aciman. “Elio” es el hijo de un antropólogo que invita a “Oliver”, un joven maestro, a trabajar con él en Italia. Elio tiene 17 años y Oliver 24 y se atraen, pero ninguno de los 2 sabe qué hacer con esos sentimientos. Elio al principio odia a Oliver pero poco después quiere dejarse llevar por sus sentimientos, sin importar la sociedad de 1980 ni la diferencia de edad. Oliver está consciente de todo lo que está en contra de lo que siente y todo lo que puede perder. El libro nos describe las 6 semanas que duró esta historia de primer amor y como marco sus vidas durante 20 años más.
Otra historia que el cine nos hizo conocer fue la de “Carol” de Patricia Highsmith. Esta autora ya nos había compartido historias que podrían considerarse de temática gay en la saga de libros de “El increíble señor Ripley”. “Therese” es una joven fotógrafa que tiene que empezar a trabajar en la sección de juguetes en unos grandes almacenes, ahí conoce a “Carol”, una mujer que busca una muñeca para su hija. Carol es una mujer divorciada de la cual Therese se enamora desde el primer momento en que la ve, nunca piensa en que busca a una amiga o que siente admiración por Carol. La situación es complicada ya que, en los años 50, este tipo de relación era un delito, pero la historia tiene un final feliz.
Estos 2 últimos libros podemos leerlos como simples historias de amor, complicadas como la mayoría de las historias románticas, pero hemos llegado a un punto en que creo nuestra generación y generaciones futuras comprenderán que el amor es amor y que nadie tiene derecho a juzgar este amor (excepto si la pareja de la persona es una basura, el ser malas personas va más allá de su género u orientación). La comunidad ha llegado muy lejos pero aún falta mucho para ellos… celebremos lo logrado y tengamos esperanza en el futuro.
angelica.lobato@criteriodiario.com