El vino Millennial

Criterios Laura Góngora

“El mejor vino no es necesariamente el más caro, sino el que se comparte”  

(George Brassens) 

¿Has escuchado del vino en lata? no te sorprendas tanto, ya teníamos opciones en tetrapack. El vino en lata ha llegado a revolucionar la industria vinícola, en su camino ha sufrido críticas positivas y negativas que nos llevan a pensar que todo es cuestión de enfoques y posibles choques generacionales. 

Hoy la generación Millennial es líder en el consumo de todo tipo de artículos, esta generación se caracteriza por ser parte fundamental de la globalización, con habilidades digitales elevadas son personas que les gusta experimentar y son muy celosos de su libertad en todos los sentidos.  

Todos escuchamos hablar de los Millennials y su impacto en la actualidad, muy probablemente como los baby boomers en su momento, pero la realidad es que pocas empresas dedicadas a vender algún bien o servicio pueden darse el lujo de excluir a esta generación en sus estudios de mercado y seguramente la mayoría de sus esfuerzos en ventas serán destinados a convencerlos y enamorarlos. 

Una de las características principales de los nacidos entre 1981 y 1999, es su búsqueda de nuevos formatos, dando pie a un proyecto hasta hace unos años poco claro y que día a día se consolida con una fuerza increíble, gracias a este público que rompe paradigmas es que hoy podemos asegurar, aun cuando representa a una pequeña porción del mercado, que pese a quien le pese, el vino en lata llego para quedarse. 

Hablemos de las críticas de los expertos en la materia. 

El mercado: Debemos aclarar que la mayor aceptación de este producto radica en América y Europa. Los grandes maestros del vino no lo ven con buenos ojos, al menos no todos, en la mayor parte del viejo continente se defiende el romanticismo de una botella y un corcho que le permitirá al vino evolucionar, ganar historia, enriquecerse y regalarnos una experiencia única en paladar, cosas que en las latas no podremos apreciar jamás.  

La calidad: Un producto en lata es un producto de alta rotación, práctico y barato que encontramos en autoservicios y tiendas de conveniencia, que no necesariamente está peleado con la buena calidad, sin embargo, es aquí donde recae el esfuerzo titánico de las bodegas vinícolas; deberán fabricar un producto de calidad aceptable a bajo costo, porque los principales consumidores entre sus muchas características también son críticos y exigentes, aunque aparenten un estilo de vida sin complicaciones, sus LIKES pueden construirte o destruirte. 

El Reto: La lata técnicamente ayuda a que el vino no envejezca al impedir el paso del oxígeno, es decir que el vino no se oxidará ¡Qué maravilla!, sin embargo, el sabor corre un gran peligro señalan algunos expertos. El vino al ser un producto vivo adopta sabores y olores de su entorno, en este caso la lata le aportará sabores metálicos que no son deseables… Un nuevo reto para los enólogos que deben elaborar vino con cantidades menores de azufre y cobre, elementos usados como conservantes durante el proceso de elaboración, estos elementos no tienen una buena reacción con el aluminio como la tienen con el vidrio, así que deben evitarlo buscando otras maneras de elaborar la mejor versión de su vino para ser enlatado. Probablemente encontremos vinos jóvenes, frútales y de cuerpo ligero en estas latas, o bien latas con una alta tecnología en su revestimiento siendo esta opción una aparente solución al problema. 

La Oportunidad: Durante la pandemia, este producto representa una gran oportunidad para restaurantes que venden a domicilio, las personas están en casa aisladas con poca vida social, no necesitan una botella de vino, pero una lata no sería despreciable (actualmente el vino en lata representa un negocio de 45 millones de dólares en EUA según un estudio de Nielsen). Algunos productores señalan que es una nueva forma de ser inclusivo con el mercado joven incentivándolos a unirse a la cultura del vino siendo esta más accesible, a fin de cuentas la historia de muchos que amamos el vino probablemente no es muy diferente al haber iniciado nuestro camino con algún vino en tetrapack. 

El romanticismo: ¿Nos olvidaremos de las añadas, los métodos de elaboración, la crianza reductiva (crianza en botella), las cepas, su cuidado y el toque final del enólogo? Y que hay de compartir en tu mesa una botella de vino con tus seres queridos. En dónde quedan las copas elegantes de cristal con las cuales podemos descubrir todos los colores, aromas y sabores, ¿crees que esto se puede seguir apreciando en una lata?, antes de contestar esta pregunta recuerda que nuestros antepasados tomaban vino en botas de piel (incluso en algunos poblados europeos lo siguen haciendo). 

Las personas que estamos en la industria vinícola trabajamos día a día por unir a más personas a una cultura, lo hacemos simplificando información para llevarlos de la mano, de menos a más y sin duda esta presentación en lata es una oportunidad de seguirlo haciendo, de ser versátiles y abarcar más mercado, de tener opciones desde lo elegante de una cena con una buena botella de vino hasta lo más casual como un día de campo con unas latas, pero que pasa si tanta simplicidad se torna más bien en una amenaza a esta rica cultura, ¿realmente queremos simplificarla? Tú… ¿Qué opinas?

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