Bebedor, catador o degustador: ¿Quién eres tú?

Criterios Laura Góngora

 “Bebo porque tengo vergüenza. ¿Vergüenza de qué? Vergüenza de beber” 

(Antoine de Saint-Exupéry, en El Principito)

Escuchar la palabra catador hace algunos años podría parecernos intimidante, ya que imaginábamos hombres mayores perfectamente uniformados, algunos de ellos portando en el cuello su emblemático trastevin (catavinos distintivo de un sommelier), sujetando una copa de vino tinto que mirarían con suma atención haciéndolo girar para posteriormente llevarlo a nariz y describirlo en un sinfín de palabras elegantes e indescifrables.

Hoy afortunadamente tenemos gran diversidad en los catadores contemporáneos, claro que se siguen encontrando los grandes clásicos, pero también tenemos versiones más modernas, menos sofisticadas y mucho más inclusivas, las mujeres están siendo parte importante del mundo del vino, hoy en día por lo menos ya somos las principales consumidoras de este fermentado.

Un catador no es sólo quien prueba este tipo de caldos, un catador se refiera a las personas que empeñan todos sus sentidos en función de dar fe y garantía de la calidad de un alimento o bien una bebida. Hablando de esto se me vino a la mente un libro que explica muy bien este tema y que les recomiendo ampliamente, La Catadora de Hitler (V.S. Alexander), este popular personaje de la historia contaba con un equipo de catadores experimentados en detectar venenos, era un puesto indispensable ya que con tantos enemigos a su alrededor el poderoso Führer podría ser envenenado en cualquier momento. 

¿Pueden imaginar la responsabilidad y peligro que conlleva ser catador de alimentos que podrían estar envenenados? No quiero ser dramática diciendo que la vida de las personas depende de los catadores hoy en día, aunque ciertamente podría ser así, los chefs y cocineros deben ser catadores, las madres lo son todo el tiempo, sobre todo cuando sus hijos son pequeños y no sólo para comprobar que sus alimentos son sabrosos, si no para asegurarse que se encuentran en condiciones óptimas para ser ingeridos, incluso existen catadores que pueden detectar bebidas adulteradas. Emitir un juicio de valor sobre las cualidades del alimento o la bebida llámese; vino, café, mezcal o incluso el pan de muerto se puede, pero es necesario enseñar y entrenar a cada uno de nuestros sentidos para lograrlo.

Catar cualquier bebida embriagante es un tanto complicado, ya que se debe lograr emitir el juicio final sin que el alcohol influencie en este, por lo que los responsables de esta actividad deben ser consientes y cuidadosos al respecto. Existen otras maneras de disfrutar de los alimentos y las bebidas sin cargar con gran cometido, podemos ser degustadores.

Los degustadores son personas que buscan experiencias gastronómicas diversas, asisten a cenas maridaje, a restaurantes con estrellas Michelin o de autor y prueban lo que se les recomienda, mismo que fue previamente evaluado por un catador. Ser degustador es quizá lo más placentero en el mundo del buen comer, no conlleva una responsabilidad, todos pondrán su máximo esfuerzo en la satisfacción de estos individuos, ya que también suelen ser los más importantes críticos como Anton Ego en Ratatouille, hay que tenerlos contentos porque su felicidad será la felicidad de los catadores detrás de escena. 

Si no te encuentras en ninguna de estas categorías, pero te gusta la copita, pues probablemente seas un bebedor social y vamos a ser honestos ¿quién no lo es? todas las personas con sed somos o hemos sido bebedores sociales, como seres humanos nos gusta convivir, socializar, por lo que el estar con nuestros amigos y familia bien vale la pena incluso tomar aguas locas. 

Beber no sólo se refiere a bebidas embriagantes, también podemos ser bebedores sociales de café. Un clásico; vamos a chismear a uno de estos lugares donde “refilean” el café, les aseguro que este será percolado de no tan destacable calidad, pero lo bebemos por el simple placer de estar con nuestras personas favoritas platicando del último grito de la moda, de los chismes más recientes en nuestra comunidad, de política o de futbol, importando poco que gracias a la cafeína activada no podamos conciliar el sueño por la noche.

Muchos hemos sido bebedores, catadores y degustadores en algún momento de nuestra vida, no hay que elegir ser sólo uno, podemos ser multifacéticos y es más les recomiendo serlo, solo hay que saber cuándo ser cada uno de ellos. Sería muy pesado y engreído ser el catador incluso cuando eres el invitado o siempre jugar el papel de degustador, aún en una fiesta de calimochos con sangrías y bueno ni hablar de ser el bebedor social en una cena maridaje donde bien valdría la pena degustar lo que nos sirven. 

Ahora es tu turno, ¿con cuál te identificas más?

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