Correlación de Fuerzas: Legislaturas LX y LXI del Congreso Poblano

Criterios Josimar Alejo

Las campañas terminaron en un ambiente excepcional, marcado por la desconfianza de la realización de eventos masivos, ante la amenaza del COVID-19. La elección del pasado 6 de junio se realizó en circunstancias, por así describirlas, de cierta calma y civilidad. Las constancias de mayoría (expedidas por las autoridades electorales) han sido entregadas. Así, las etapas del proceso electoral 2020-2021 se han estado desahogando de acuerdo con lo previsto. Nos encontramos en la última de ellas que es, en los casos que hayan sido impugnados, la calificación de la elección por parte de los tribunales electorales competentes.

Luego de ello contaremos con una nueva y definitiva configuración de la realidad política en nuestra entidad. En el caso del Congreso del Estado, como ya se ha dicho en otras publicaciones, habrá una nueva correlación de fuerzas que, será indispensable descifrar a efecto de conocer cual será la agenda legislativa que prevalecerá para el ejercicio constitucional de la próxima legislatura. 

Dentro de la configuración político-partidista de las representaciones legislativas, es importante observar que éstas cambian con el devenir de la propia legislatura, es decir, el número de diputados por cada bancada o representación legislativa fluctúa a lo largo de los tres años en que duran. Este es un fenómeno que, puede incluso presentarse en los diversos momentos. Siendo así, la representación legislativa puede valorarse en dos momentos clave de su vigencia: al principio y al final de la legislatura. Tomando como base esos momentos podríamos acercarnos a la descripción de lo que aconteció en la presente legislatura y lo que probablemente sucederá con la siguiente. 

¿Cómo inició la LX Legislatura de nuestro estado? Como un efecto colateral de una elección cerrada para titular del ejecutivo poblano (que incluso se tuvo que definir en la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación) la LX Legislatura vivió tanto en su integración como en sus primeros días, momentos convulsos e inestables. 

Luego de la elección de 2018, la representación legislativa (diputaciones) quedó de la siguiente manera: 3 para Movimiento Ciudadano (MC), 2 para el Partido de la Revolución Democrática (PRD), 6 para el Partido Acción Nacional (PAN), 13 para Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), 4 para el Partido Encuentro Social (PES), 5 para el Partido del Trabajo (PT), 1 para el Partido Compromiso por Puebla (CPP), 2 para el Partido Nueva Alianza (PNA), 4 para el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y 1 para el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

Se podría decir que, los bloques políticos quedaron, hasta antes del deceso de la gobernadora Martha Erika Alonso, como se señala: por un lado, los aliados al proyecto del ejecutivo: MC, PRD, PAN, CPP, PNA, con un total de 14 escaños; por otro lado, los aliados opositores a los ejecutivos de aquel momento: MORENA, PES, PT, PVEM, con un total de 23 curules y; por último, el PRI como una especie de representación bisagra con 4 diputados. 

Hasta aquí el primer momento de la LX legislatura en la que, paradójicamente, los titulares del ejecutivo en ese momento tendrían previsiblemente una oposición que les impediría reformar la Constitución o, incluso, promover reformas legales o nuevas leyes con sus propias bancadas. La concertación habría marcado esa etapa que, dadas las circunstancias, no aconteció. 

A casi tres meses de que culmine la legislatura vigente (LX), la configuración es la siguiente: 1 MC, 4 PAN, 16 MORENA, 5 PT, 1 CPP, 5 PRI, 2 PRD, 1 PVEM y 6 diputados Sin Partido. Este cambio surge a partir del inicio de la gubernatura interina y la gubernatura constitucional vigente. Desaparecieron las representaciones de Nueva Alianza y el Partido Encuentro Social; se redujeron de manera sustancial las bancadas de MC y PAN, se ampliaron los grupos de MORENA y PRI; y, por último, surgió un bloque de Diputados sin Partido integrado por 6 legisladores.

Así los bloques políticos se conformaron de la siguiente manera: en favor del ejecutivo PT, MORENA Y PVEM con 22 escaños (suficientes para reformas legales); opositores: MC, PAN, CPP y PRD con 8 curules; el PRI con 5 escaños y el bloque Sin Partido con 6 escaños. Esta configuración le ofrece la oportunidad al ejecutivo de negociar posibles reformas constitucionales y nombramientos o acciones de control político a favor del mismo ejecutivo.

Para la segunda mitad del periodo constitucional del ejecutivo (2021-2024) y luego de las elecciones de este año, la LXI Legislatura iniciará trabajos con un número de diputados distribuidos de la siguiente manera: 5 PT, 6 PRI, 9 PAN, 16 MORENA, 1 PVEM, 1 MC, 2 Pacto Social de Integración (PSI) y 1 PNA.  

El cómputo distrital de la diputación con cabecera en Zacapoaxtla se encuentra impugnado. De acuerdo con la revisión de la documentación electoral, la diputación deberá confirmarse para la coalición “Va por Puebla” impactando seguramente en una curul más para el PRI, con la que llegaría a 7 espacios legislativos y, de manera consecuente, una disminución en el Grupo Legislativo de MORENA dejándolo en 15 diputaciones. 

De esta manera podemos encontrar datos interesantes. Primero, de haber sido una elección puramente de distritos territoriales (mayoría relativa), sólo representantes de 4 partidos habrían sido electos: PT, PRI, PAN y MORENA. Segundo, Casi todos los partidos políticos mantienen sus números de escaños en el Congreso, pero es de resaltar que, respecto del fin de la actual legislatura, el PAN duplica prácticamente el número de integrantes de su bancada. Tercero, el PRD pierde representación y el PSI la gana con 2 diputados sin haber ganado un solo distrito (al votarse en lista única estatal y haber desaparecido la figura del “gran perdedor”). 

La conformación de bloques políticos (correlación de fuerzas), luego de esta revisión podría quedar de la siguiente manera: bloque afín al ejecutivo PT, MORENA, PVEM y PNA 22 escaños; el bloque opositor PRI, PAN y MC con 17 diputados; y, por último, el PSI CON 2 curules. Esta configuración determina la posibilidad del ejecutivo de reformar las legislaciones, sin embargo, de requerirse una reforma constitucional, la negociación sería una condición indispensable. 

No obstante, el anterior análisis, la naturaleza en la toma de decisiones se torna aún más compleja y, la lógica opositora se materializa en todas y cada una de las disposiciones en juego en la arena parlamentaria. Aún queda mucho que decir, incluso antes de que comiencen los trabajos de la LXI Legislatura de nuestra entidad.

josimar.alejo@criteriodiario.com