Siempre hablamos de las guerras y las tensiones por el poder, pero poco se menciona el amor y los intereses románticos que motivan las decisiones de quienes ostentan poder; la historia y la vida moderna esta repleta de influyentes hombres y mujeres que no solo han amado intensa o impulsivamente, sino que también, ese apego emocional, ha sido el móvil de sus actuaciones, aciertos, errores o simplemente, maneras de gobernar.
Ejemplos hay muchos, quizás los conocemos pero no nos hemos detenido a meditar: cómo es que estos hombres (recordemos que la historia es machista) quienes promocionaban y ejecutaban su rol de tiranos, soberbios, estrictos, inamovibles, algunos inmorales y otros, insensibles, cedieron en muchas ocasiones sus voluntades ante su “enamorada o enamorado”, o simplemente, perdieron la razón por ello, llegando a usar el poder para preservar y favorecer sus caprichos o emociones, o aún más, antepusieron “el amor” ante el poder, llegando inclusive a aborrecer o abandonar su cargo o título real, cuando estos truncaban su relación sentimental.
Hoy quiero dar algunos ejemplos de dichas pasiones e impulsos:
MARCO ANTONIO se enamoró profundamente de CLEOPATRA, quien utilizó al romano para mantener su imperio, hizo que repudiara su esposa e hijos y se convirtiera a la religión egipcia, perdiendo así todo el apoyo de los romanos en la lucha con el poder y llevándolo a perder la guerra civil contra Octavio, quien usó el desprestigio e “insensatez” de Marco Antonio a su favor.
KUBLAI KHAN, el poderosísimo emperador mongol, heredero de Gengis Kan y de quien se decía, según las crónicas de Marco Polo, era el gobernante más poderoso del mundo en términos militares, económicos, culturales y territoriales, cayó en una enorme depresión luego de la muerte de la principal de sus esposas Chabi de quien estaba profundamente enamorado, arriesgando la estabilidad del impero que llevaba consolidando por más de 20 años.
ENRIQUE VIII decidió separarse de la iglesia católica y fundar su propia inglesa ante la negativa del Papa de autorizar su divorcio con CATALINA DE ARAGÓN para poder casarse con ANA BOLENA, lo que hizo que el joven e impulsivo rey decidiera fundar su propia iglesia y convertir a todos los que vivían bajo el ya creciente imperio británico al protestantismo.
NAPOLEÓN, según se narra, se enamoró al mismo tiempo de JOSEFINA y de MARIE WALEWSKA, una aristócrata polaca que estaba casada y cuya influencia en el entonces poderosísimo emperador fue determinante para que Bonaparte emprendiera la invasión a Rusia, que en ese momento amenazaba a Polonia. Napoleón en contra de los consejos de sus asesores militares, decidió invadir la tierra del Zar Alejandro II, perdió más de medio millón de soldados en la aventura rusa ,lo que dio inicio a su caída.
El Rey EDUARDO VII de Inglaterra decidió renunciar al trono para darle paso a su hermano menor y así, poder casarse con la estadounidense divorciada WALLIS SIMPSON, justo en un momento clave para Inglaterra, que en ese momento tenía colonias en todo el mundo, sufría las secuelas de la crisis de 1929 y se veía amenazada por Hitler, quien consolidaba su poder en Alemania fundando el 3er Reich.
En muchos de estos casos queda claro que el amor, en buena medida, ha movido al mundo usando sus hilos rojos en el poder. Y lo seguirá haciendo.
