Desde hace 28 años, el Premio Alfaguara ha servido para que, aunque sea por la fama que le dan los lectores, los autores hispanohablantes lleguen a los libreros de lectores internacionales; este año el elegido fue Guillermo Saccomanno con “Arderá el viento”.
Con una amplia trayectoria en publicidad y guionismo para comics, Guillermo Saccomanno publicó su primer libro de poemas Partida de caza en 1979, al cual le siguieron novelas como El amor argentino (2004), Cámara Gesell (2012), y más recientemente Soy la peste (2020) o Mirlo (2024).
Se postuló al Premio Alfaguara con una obra con el título “Vendrá el viento”, y el seudónimo de Jim, ya que creía ya contar con cierta trayectoria.
“La ecuación que mueve el mundo es sexo, dinero y poder; y este es el nudo de la novela. Yo vivo la mayor parte del tiempo en un pueblo costero y si uno ‘para la oreja’ y presta atención encuentra que hay historias en todos lados”.
A través de este relato, el autor también quería llevar a cabo la construcción de un personaje femenino “que es un desafío para nosotros los hombres, el cual funciona además como conector, no solo sexual, con todos los habitantes del pueblo y me parecía que ahí había un material a trabajar y explorar.”
“La buena literatura es una donde confluyen distintos géneros”
Con un asesinato que da inicio a la historia y tintes policiacos, pero al autor no le gusta guiarse por los géneros literarios, todos puedes ser útiles y todos pueden convivir en una novela y “me parece que la clasificación en géneros es para comodidad en los críticos y de los estudiantes y profesores de literatura”.
Por ello, él asegura que la buena literatura es una donde confluyen distintos géneros, distintos momentos, distintos instintos y percepciones, “mi novela puede ser leída como noir, como una novela de costumbres o una historia trágica. Cuando escribo tomo de aquí y allá lo que me es necesario”.
Saccomanno ha declarado tras recibir el galardón que, “durante muchos años”, él fue “guionista de historietas y de cómics”, lo que ha hecho que “escribir fuera un gran aprendizaje”.
“Me interesaba que las distintas secuencias de la novela estuvieran comprimidas, que sucedieran al mismo tiempo”.
“La sumatoria de historias conforman una historia”, ha explicado el autor, que pretendía narrar “una comunidad” que “funciona y opera” como metáfora de la “condición humana” y del “mundo en el que vivimos”.
La obra galardonada “Arderá el viento” nos habla de Los Esterházy, una pareja excéntrica sin un pasado claro, llegan a un pueblo de la costa argentina y comienzan a regentar un antiguo hotel. Estos dos seres (y sus dos hijos, una niña y un niño más inquietantes y enigmáticos que ellos) producen el efecto de una partícula enfermiza que se introduce en las grietas de una sociedad pequeña y arrasa con su dinámica cotidiana, aparentemente calma.
La pareja resulta ser un amplificador de los prejuicios, los deseos ocultos, las supersticiones, los temores y la violencia larvada en muchos de los habitantes del pueblo.
“Arderá el viento” es la historia de una degradación que poco a poco deja a la vista la decadencia del cuerpo social. Expuesta al influjo de los Esterházy, la extraña villa costera deja aflorar la oscuridad que circula por sus zonas subterráneas, como si los visitantes fueran una piedra de toque maligna que lograra sacar a la luz la verdadera naturaleza de los personajes.
Y pues así, esperemos que la referencia y fama del premio hagan que la historia llegue más lejos… quien quiera invitarme un libro… esta es una excelente opción